Bueno, pues sí, se acabo. ¡El
24 de mayo de 2014 se acabaron los 3 meses más guays de mi vida!
Ha sido una experiencia
brutal, increíble. Muy recomendable. Sin duda.
Lo peor de todo: La
despedida. Después de convivir 3 meses con gente que no conocías de nada, pero que
rápidamente sientes que los conoces de toda la vida, la despedida es… rara.
Rara porque seguramente seguiré sabiendo cómo les va la vida a unos cuantos,
pero a otros muy probablemente no les volveré a ver.
Y bueno, llegó el día.
Despedidas, nervios… Un cúmulo de sentimientos que cuesta controlar. Pero había
que montarse en el avión para volver, volver a casa.
Ya estábamos en Bilbao
esperando a que la maleta saliera por la cinta, y eso ya sí que fue el Big Bang de los sentimientos. No sé, fue
una situación y unos sentimientos inexplicables que siempre los recordaré por
ser la cosa más extraña que me haya pasado hasta ahora.
Ya está, ya había llegado a
la vida real, y ahora hacía falta acostumbrarse a esto, porque a lo bueno uno
se acostumbra fácil, pero volver a retroceder hacia atrás… Y al final parece
que es verdad que la primera semana después de pasar tres meses fuera es de “depresión”.
¡Venga y venga a recordar buenos momentos de Italia a todas horas!
Pero bueno, después de estos
excepcionales y buenísimos 3 meses, sé que siempre lo recordaré como lo mejor
de mi vida y más sabiendo que, por desgracia, solo unos pocos somos los que
tenemos la oportunidad de vivir esto.
A presto, Italia!
PD: Para los siguientes
Erasmus, no tengáis miedo, ir, ir sin duda, es lo mejor que os va a pasar, solo tenéis
que dejaros llevar, el país de destino hace todo lo demás J
Ibai Vidaurreta
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