lunes, 18 de mayo de 2015

Erasmus en Lohja: Primera Parte

El primer día que llegamos a Finlandia era de noche, llegábamos agotadísimos de un viaje bastante largo y nos encontramos cenando en el único sitio del pueblo en el que no hablan inglés, el Kebab de Ramón, y no, Ramón no estaba allí para hablarnos en castellano. Empezábamos a ser conscientes de a dónde nos habían mandado, a un pueblo de mala muerte, en medio de la nada. ¡Pero oye! Está el número 25 en cuanto a población con sus 50.000 habitantes. Que podría haber sido peor, podíamos haber terminado en Sottunga con 101 habitantes que no tiene ni entrada en Wikipedia.

Nos alojamos en una residencia de estudiantes de 17 años, más o menos. Nos enseñaron nuestra habitación, las zonas comunes, cocina, sala, sauna, lavandería.

     

El "apartamento" que compartimos con Aaro y Peik (y por un tiempo también con Timo)
Nos enseñaron la cocina que aún no estaba terminada pero que pronto lo estaría, un cocina totalmente nueva y equipada, yo ya me imaginaba las delicias que podríamos cocinar. 

Además la sala también contaba con un billar, un par de teles, pufs y sofás. 


Aquí sería dónde pasaríamos los fríos fines de semana

La sala estaba llena de estudiantes cuando nos la enseñaron y, a pesar de que la mayoría de la gente ni nos saludo y nos miraba como si estuviéramos invadiendo su territorio, un chico muy simpático invitó a los chicos a la sauna (hay una sauna para chicos y otra para chicas). Hubo otra chica a la que también conocimos pero con la que no hicimos mucho más contacto que saludarnos si nos veíamos. 

La forma finesa de relacionarse es muy diferente a la nuestra, así que no esperes una calurosa bienvenida como norma ya que suele ser la excepción. A la hora de saludar mejor evitar los dos besos, crea confusión y momentos algo tensos de los que, por supuesto, puedes salir riéndote de la situación y explicando que es "the Spanish way". En general, si es la primera vez y estas cara a cara te darán la mano, si están en la distancia te saludaran desde ahí pero no se acercarán a ti pero si tienes ya algo mas de confianza puedes pasar a: ¡los abrazos! Es muy bonito porque suelen ser abrazos cercanos y muy cariñosos. 

Pero sigamos. Al día siguiente a trabajar, en mi caso, en calcetines. Que tiene su lógica si te imaginas como tienen que estar los zapatos un día de nieve. Porque la nieve es preciosa cuando acaba de caer pero después de varias pisadas empieza a volverse marrón charco y empieza a perder mucho el encanto. Así que bueno, pues a programar en calcetines, si es su costumbre yo no me voy a negar.

Las escaleras para bajar al centro

A las 11, hora de comer. Comemos en el comedor de Luksia que para nosotros es gratis por estar alojados en su residencia. Los horarios de comida del colegio son 7-8 desayuno, 11-12 comida y 4-5 cena. Un poco raritos pero te acostumbras, te acostumbras a merendar como si comieras y a cenar a la hora española. Yo al principio iba a comer a las 11 pero al final te terminas saltando esa comida y comiendo a las 4, algo no tan diferente de salir de estudiar/trabajar a las 3, llegar a casa, hacerte la comida y que terminen siendo las 4. 


Esta sería nuestra comida día tras día

La comida de la residencia... Bueno... Deja bastante que desear. Hay algunos días que es comestible, otros que es mala y alguuuno, muy puntual, que está rica. Pero es interesante porque la preparan los estudiantes de primer año de cocina con una receta dada y muchas veces son platos típicos fineses que de otra manera no comerías. Algunos ejemplos: sopa de salmón, tortitas de espinaca con mermelada, albóndigas de remolacha, pollo con curry y piña (no sé que tienen con la piña pero le dan bastante uso, y eso que tiene un precio de escándalo), rollitos de berza, albóndigas de carne, salchichas, patatas, guisos varios que parecen sopas con ingredientes aleatorios y, por supuesto, el buffet de ensaladas que también tienen todos los restaurantes y todo esto acompañado del típico pan de centeno y de ¡un vaso de leche! Si, aquí lo de tomar leche con la comida es muy típico. No es que vayan a pedir leche con la comida en un restaurante pero sí en casa y sobre todo los jóvenes.

Menos mal que tengo un jefe muy majo, Junnu, que uno de los primeros días me invitó a comer con nuestros compañeros a un restaurante chino en el que hacen un sushi bastante decente para ser de buffet.


Nigiri de salmón, de tortilla dulce, de pez mantequilla, de atún con mayonesa y de anguila
Y si no, como a mi compañero Jyri tampoco le entusiasma la comida de Luksia muchas veces íbamos fuera a comer, pensaba que los precios serían prohibitivos pero tampoco es para tanto, se puede tomar un pizza por 10€.

Pizza de tenera, jalapeños y rúcula (9.90€)

Además, el fin de semana podemos pasarlo aquí nosotros solos y nos apoderamos de la cocina para preparar nuestras recetas.

Pizza de Queso de Cabra


Pechugas gratinadas con pan de ajo


Pizza barbacoa


Tarta de queso


Risotto de champiñones y espárragos verdes (el plato favorito de Nilsa ñ_ñ)


Tataki de salmón


Hasta aquí la primera parte de nuestra aventura.

Näkemiin!!

Sheila Pérez

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