La verdad es que fue un poco locura. Cogimos el autobús a las 7;15h de la mañana y llegamos a las 14;25h. Nada mas llegar, fuimos al hostal que habíamos cogido y dejamos todas las cosas. Después de dejar todo y comer algo, nos fuimos a recorrernos todo lo que pudiéramos de Roma. Teníamos muy claro que Roma era muy grande y que no podríamos verlo todo, pero al menos intentamos ver bastantes cosas y aprovechar todo el tiempo al máximo.
Nuestra primera parada fue en el Coliseo. Fue una experiencia muy bonita ya que conseguimos entrar a dentro. La verdad es que ninguna de las dos queríamos irnos de ahí, pero queríamos visitar el Palatino que estaba al lado y la entrada del Coliseo valía para entrar también al Palatino. Cuando salimos del Coliseo para entrar al Palatino, nos dijeron que acababan de cerrar, a si que, al final no pudimos entrar y nos quedamos un poco disgustadas.
Ya que no pudimos entrar al Palatino, fuimos a visitar mas cosas de Roma. Nos dimos cuenta que allí, no merece la pena andar en el metro o en autobús, ya que en Roma, a cada paso que das, hay algo nuevo que ver.
A la noche, después de cenar, nos fuimos directas a la Fontana Di Trevi. Era una locura lo pequeño que era ese sitio aunque la Fontana fuera enorme, y evidentemente estaba lleno de gente sacándose fotos.
De vuelta en Padova, solo nos quedaban 3 días para volver a casa y había que empezar a recoger todo y limpiar.
La vuelta a casa fue un horror, íbamos todos muy cargados al autobús y fue un poco locura, pero después de 6 horas de viaje entre aviones y escalas por fin estábamos en Bilbao con nuestras familias esperándonos para llevarnos a casa.
Aunque en mi caso, lo mejor aun estaba por llegar, lo mejor de la vuelta fueron los reencuentros a parte de con mi familia, con mis amigas, eso fue lo mejor. Verlas correr hacia mi para abrazarme y que me dijeran "Ya era hora de que volvieras, te hemos echado de menos" fue lo mejor de haber vuelto.
Y una vez aquí, es cuando vuelves a tu rutina, con tu familia, tu gente, tu casa... todo en general. Esas cosas que en 3 meses echas de menos pero que luego acabas volviendo a recuperar.
Myriam Mallo
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