Ahora que uno se hace un hueco y una rutina en su vida "italiana", es cuando toca replantearse que ya es la hora de la vuelta a casa y... NO QUIERO!!!
Aunque el primer mes como adaptación fue el más duro, por la sensación de estar desorientado, fuera de lugar, idiomaticamente hablando incomunicado... Ahora es cuando siento que ya formo parte de Florencia, de mi equipo de trabajo, de mis amigos (autóctonos), del idioma y zas! ME TENGO QUE IR!
Aunque como en todas las cosas hay cosas buenas y malas, démosle un 9 a este eramus por permitirme viajar, conocer y crecer de tantas formas. Por hacerme independiente, autosuficiente y en otros muchos aspectos valiente. Por enseñarme que no hay barreras más que las que uno se pone. Que no hay idiomas sino personas que si quieren se entienden.
Os dejo unas fotitos más de mi Eramus.
Axel García
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