Increíble pero cierto. Nuestra experiencia Erasmus ha llegado a su fin.
El tiempo ha pasado muy rápido, pero al mismo tiempo la fuerza de lo vivido tardará en abandonarme. Porque cuando nos quedamos el suficiente tiempo en un sitio como para sentir que volver es una decisión y no la única opción, nos damos cuenta de que nuestra realidad ha cambiado. Es como si la vulnerabilidad inicial fuera la oruga y en lo que nos hemos convertido la mariposa.
¡Y oye, qué maravilla! Me emociona tanto que igual subo una foto.
Bueno, tampoco nos pasemos.
Merci beaucoup mes amis et bon courage! :)
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