Nunca he vivido en ciudad europea y puede que sea algo común en ellas, pero me quedo con mi más o menos intacta capacidad de sorprenderme y recomiendo a todo entusiasta del arte a que se pase por Edimburgo.
Soy Stefania y me considero una amante de los pequeños detalles. El programa de Erasmus+ me ha traído a Escocia, y vaya si lo agradezco.
Mi primera visita fue al Museo (o los museos, que son dos edificios separados) de Arte Moderno, impresionante por fuera y por dentro. Pude disfrutar de varias exposiciones, una de ellas más excéntrica y llamativa que las demás: British Art Show 8. Personas jóvenes con ideas frescas, que puedo entender mejor o peor, pero que gozan de plataformas para hacer llegar su forma de ver las cosas.
Eso es lo que veo aquí. Oportunidades de compartir creaciones y reflexiones en cada esquina, calles plagadas de galerías de arte, exposiciones breves pero continuas y museos que apoyan tanto el arte hecho hace 300 años como el que todavía está por hacer. Y la gran mayoría son gratis.
Otra recomendación: St Margaret’s House. Si vais a pasar un tiempo aquí y buscáis algo con lo que ocupar vuestro tiempo que sea más productivo que ver series o dar paseos, acercaos y veréis todo lo que tiene que ofreceros. Talleres, espacios y estudios para trabajar, galerías y exposiciones… Ellos se catalogan como centro de arte independiente, y algunas de sus exposiciones funcionan como plataforma para nuevos artistas que quieran empezar a ganar dinero con su arte a parte de compartirlo.
The Fruitmarket Gallery. A mí no se me ocurriría un nombre más adorable. Súper céntrico, muy cerquita de la estación de tren. En frente encontraréis el City Art Center (que aún tengo pendiente). Su sala de exposiciones no da para mucho contenido, pero hilan fino y eligen buenas representaciones que jueguen con el espacio con el que cuentan. Muchos libros, muy interesantes y para todas las edades; más de un regalo que me lleve a Euskadi será de su tienda.
Cambiamos de arte: literatura. Tuve la suerte de llegar a tiempo a la cuidad y de enterarme de que Irvine Welsh (autor de Trainspotting o Escoria) pararía en Edimburgo en su gira de presentación de su último libro The Blade Artist. Vino, además, acompañado de Begbie o, como seguramente él prefiere que lo llamen, Robert Carlyle. Todo un show. Una pena perderme la mitad de los chistes e información en general por no pillar el acentazo escocés.
El panorama musical por aquí también me tiene loca. He podido ir a cuatro conciertos ya, con precios en entradas bastante módicos. Buen sonido y buena iluminación en pequeños antros capaces de ganarse mi corazón. Lo peor pero no por ello más destacable: los escoceses como público. Lo. Más. Soso. En serio.
Me quedan unos cuantos sitios que visitar, varios cuadros y espacios que ver, y otros pocos conciertos que disfrutar, pero por ahora esto es lo más destacable en cuanto a las artes que he vivido aquí.
Guid luck!
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