Soy Oihana Olazabal, de administración.
Hoy es mi última noche en Praga, y como hoy al mediodía se han ido mis compañeros de piso, vuelvo
a estar sola y triste en este piso vacío y silencioso, como si hubiera retrocedido 3 meses en el tiempo.
Al principio no nos hacíamos a la idea de que hoy era
nuestro último día juntos aquí, a la mañana hemos salido a comprar los
souvenirs que, después de tres meses, todavía no habíamos comprado y después,
antes de que vinieran a recogerlos para llevarlos al aeropuerto, nos hemos ido
a comer.
Yo creo que ahí me he dado realmente cuenta de que esas
personas que durante tres meses han sido mi apoyo, que hemos discutido, reído y perdonado, ya se iban, que por supuesto tendremos la opción de vernos y quedar
cuando estemos de vuelta, pero ya no voy a cuchichear con Aiora cuando nos
vayamos a dormir, ni decirle a Carlos que con su música me duermo, ni pedirle a
Oscar que me devuelva mis cascos, ni de cocinar con Alain o ir a ver que está
haciendo, simplemente, porque me aburro y quiero que hagamos algo.
En ese mismo instante he querido sacar una foto, nuestra
última foto.
Luego nos hemos ido a casa a recoger sus maletas porque
venía el taxi a recogerlos, y nos hemos despedido. Me gustaría deciros que la
despedida ha sido fácil o que todos hemos acabado llorando, pero no es así, a
mí no me ha resultado nada fácil la despedida, y la única persona que ha
acabado llorando he sido yo, pero esa no ha sido la peor parte, la peor parte ha
sido al subir a casa, y no porque haya tenido que subir los cuatro pisos, ni
porque al llegar haya visto que me tocaba fregar la cocina, ha sido, porque me
han venido de golpe todos los buenos recuerdos de este viaje, y porque me da
mucha pena que ya haya terminado y que se haya pasado tan rápido.
Ahora toca volver a casa, volver a la rutina… Por supuesto
que quiero volver a casa, ver a la familia y los amigos, pero volvería a casa
una semana y me vendría otra vez con los ojos cerrados, por supuesto, con mis
erasmuses.
Por eso este post lo utilizo para despedirme, despedirme de Praga,
de mis compañeros de Erasmus Alain, Aiora, Oscar, Carlos, Sandra, Borja,
Oihane, Alaitz, Gorka, Ion, Bego, Alain y todos los demás, despedirme del arroz
que nos hacía Alain día sí y día también, de los eventos a los que me llevaba
Alaitz pero que luego nunca ocurrían, de los paseos al baño con Sandra, de los
posavasos de Gorka, de los “de verano” de Borja y de tantos buenos recuerdos
que me llevo conmigo.
Estoy triste porque termina, pero feliz porque estos tres
meses han sido increíbles, y pensar que al principio tenía miedo de no conectar
con la gente… Pues lo he hecho, he conectado, ha sido con gente increíble y me llevo amistades, que espero,
duren mucho tiempo.
Agur chic@s.
Agur Praga.
Agur Erasmus.
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