Esto se va acabando, queda una semana para
volver a Donosti y debo admitir que tengo ganas! :) Viena me ha gustado mucho
pero creo que esta experiencia ha durado lo que tenía que durar. Ahora mismo
tengo ganas de ver a mi familia y amigos, pasear por mi ciudad, ver el mar y
como no, comerme unos pintxos! Durante esta última semana intentaré hacer a
contrarreloj todas las cosas que aun no he hecho en Viena y que tengo
pendientes :)
Este fin de semana ya tuve la ocasión de visitar dos lugares de Viena muy turísticos pero que son muy recomendables si visitas la ciudad y claro cuando además se trata de comer y tomar café…
El primer sitio que visité fue el Cafe Central que se ubica en el bello Palais Ferstel y que sirve cafés desde 1876. En el se puede disfrutar de una amplia variedad de cafés, pastelería y también comida. El ambiente que se crea en los cafés vieneses es único: decoración antigua, camareros de un lado para otro con bandejas de cafés, pasteles y de mientras el pianista tocando canción tras canción. Yo tomé el tradicional “Cafe Central” que lleva licor de albaricoque y nata.
Tras tomar café tuve la oportunidad de cenar en
el restaurante Figlmüller. En este restaurante, abierto en 1905, se dice que es
donde se puede comer el mejor Schnitzel de toda Austria. El Schnitzel es un
plato típico de Austria y Alemania, que como podéis ver en la foto es como un
filete empanado gigantesco. Tuvimos que hacer 20 minutos de cola para cenar(no
me parece demasiado) y la verdad que mereció mucho la pena! El Schnitzel
servido con una mermelada de arándano rojo estaba increíble.
Además, el lugar es muy acogedor y los camareros
muy atentos y simpáticos, lo que siempre se agradece.
Pues aquí os he dejado dos recomendaciones por si algún día visitáis Viena!
Liebe Grüsse,
David
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