Hei desde Rovaniemi otra vez!
Este post lo voy a dedicar a contaros mi aventura en la Laponia profunda…
AVISO: chapada monumental. Me he puesto a escribir y de la emoción del viaje, me he pasado un poco… Así que he decidido dividirlo en partes :) Os dejo aquí la primera parte mi relato “corto”
Mientras trabajábamos en el hotel, conocimos a una encantadora pareja de Tankavaara, un diminuto pueblo situado 200km más al norte. Estuvimos hablando un rato con ellos, nos preguntaron sobre nuestra experiencia en Finlandia y en Rovaniemi, sobre San Sebastián… El caso es que al día siguiente Itxaso y yo nos fuimos de turisteo a Santa Claus Village (que desde Rovaniemi está a 15min en bus) y nos encontramos a este señor otra vez. Empezamos a hablar con él y acabó contándonos que en Tankavaara está la última mina de oro de Europa (es pequeña, claro), y que deberíamos hacerles una visita. Nos dió su tarjeta de contacto y yo quedé en que le enviaría un email.
Pasaron los días y la idea de escribirle e ir a Tankavaara se fue disipando en el tiempo, cada vez era menos probable que fuésemos, pero algo en mi interior me seguía diciendo que tenía que ir. No sé si era la aventura, el hecho de que este señor (Kasper) me cayó muy bien o que me vendió bien la historia, pero yo sabía que acabaría yendo.
Tenía dos días libres consecutivos y justo coincidían con los de otra chica Italiana que también está de prácticas en mi hotel. Así que le propuse ir, pero el bus no era muy barato y ella no estaba tan entusiasmada, por lo que decidimos hacer otros planes.
Mientras tanto, yo seguía pensando que tenía que ir, aunque solo fuera por pura curiosidad. Algo me decía que iba a ser interesante. Y al final, eso es lo que hice, cambié de planes y en el último momento le escribí un mail a Kasper diciéndole que al día siguiente por la mañana estaría ahí. No tenía claro si me iba a quedar a dormir allí o no, porque intuía que el pueblo era muy pequeño y no sabía si iba a haber demasiadas cosas para hacer durante dos días. De todas formas, estaba segura de que el viaje mercería la pena aunque solo fuera por las vistas durante el trayecto: tres horas de bus recorriendo los bosques y parques nacionales de la Laponia finesa, pintaba demasiado bien.
Me levanté a las seis de la mañana, me preparé, hice la mochila con las cosas necesarias para esta aventura y me dirigí a la estación de autobuses de Rovaniemi. Cogí el primer bus dirección Ivalo y, sin recibir noticia alguna de Kasper, a las 11:27 llegué a Tankavaara.
El trayecto fue maravilloso, tal y como me esperaba; lagos helados, bosques, nieve, mucha nieve... Incluso pude ver una manada de renos salvajes (:
Solo una mujer rusa y yo nos bajamos del autobús. Estábamos en mitad de la nada, solo había nieve y un par de edificios. La señora rusa y yo nos miramos la una a la otra y, de lo absurdo de la situación, nos empezamos a reír.
Continuará...
Alin Blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario